Crónica de la procesión extraordinaria de la Virgen de los Dolores

Óscar Torres. A las ocho menos diez de la tarde del 14 de agosto de 2010, se abrieron tal y como estaba previsto las puertas de la parroquia de la O, comenzaba entonces a escribirse una página de oro de la historia de Chipiona.

Una jornada que ya siempre se recordará como de las más brillantes y multitudinarias, donde todo fue perfecto:

El comportamiento del público ejemplar durante toda la procesión, la climatología, hacía calor pero soportable, el viento dejó que la candelería luciera encendida durante toda la noche, la música a cargo de la banda de Santa Ana de Dos Hermanas que no dejó de tocar durante todo el recorrido y que inició su actuación con un pasacalles brillante, los costaleros que soportaron altísimas temperaturas debajo del paso sin levantar los faldones, las flores regalo de varias empresas chipioneras puestas por el Mayordomo y el Hermano Mayor en su justa medida, ayudaban a mostrar el gran tesoro que es el paso de palio, realizados los bordados en su mayoría por las camareras, el grupo joven que engalanó varias calles del recorrido y que realizaron varias petaladas, en especial la que tuvo lugar en la capilla del Rocío, donde sin duda alguna, las emociones se rompieron en lágrimas y abrazos, signo externo de la satisfacción del trabajo bien hecho y de sueños cumplidos.

Fueron muchos los cofrades de hermandades de Sevilla y varios puntos de la provincia los que quisieron acompañar a la Virgen en su procesión triunfal:

El Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías Joaquín Perea acompañado de su familia, Luis Cruz de Sola Hermano Mayor del Santo Crucifijo de Jerez, miembros de la Junta de Gobierno de la Quinta Angustia de Arcos y Borriquita de Sanlúcar, así como las representaciones oficiales de las Hermandades de Santa Genoveva de Sevilla, Angustias de Sanlúcar, Rocío, Misericordias y Regla del Pinar de Chipiona además de la Coronación de Espinas de Jerez, permaneciendo durante todo el recorrido en la presidencia, tanto el Alcalde Manuel García como gran parte de la Corporación Municipal.

En todo momento el paso de la Virgen fue escoltado por la Guardia Civil y Protección Civil.

Uno de los momentos más emocionantes fue la llegada de la Virgen a casa de su camarera Isabel, que esperaba a la Virgen acompañada de su madre. Allí, la Virgen quiso detenerse y la 'levantá' les fue dedicada siendo realizada por la propia camarera.

Como estampa curiosa, destacar el transcurrir de la procesión por el Paseo de la Cruz del Mar, donde el incienso, magistralmente distribuido por los acólitos de la Hermandad de la Piedad de Cádiz, se mezcló con la brisa de la playa, desde donde muchos bañistas y veraneantes pudieron contemplar a la Santísima Virgen, entre sombrillas y neveras.

Y como no, perfecta, extraordinaria, inigualable ella, la Virgen. Faltarían palabras, calificativos, adjetivos y piropos para describirla. Radiante como siempre y como nunca, la Virgen que Chipiona lleva más de tres siglos venerando, enamoró a todos y sorprendió a los que no la conocían. Que gran acierto el de esas personas, tan añoradas en estos días grandes del cincuentenario, que no con pocos esfuerzos le fundaron una Hermandad a la Virgen de los Dolores, hace ya cincuenta años, medio siglo de amor y devoción.

A la una y veinte de la noche, con veinte minutos de retraso según el horario oficial, algo insignificante en un acontecimiento como éste, con la plaza Juan Carlos I a rebosar, como todo el recorrido, la Virgen se recogía en su templo, invitando al pueblo de Chipiona y a todos sus devotos a seguirla, como ejemplo de entrega a Dios y primer sagrario del mundo.

Pero el cincuentenario no ha terminado. En septiembre, como siempre, vendrá el triduo a la Virgen los días 12, 13 y 14, y la Función Solemne el 15, día de su festividad, así como el besamanos que se celebrará los días 18 y 19.

En la sección de noticias de www.cautivodechipiona.es ya pueden ver una primera galería fotográfica que se irá ampliando en los próximos días.