Después de las vísperas, vinieron las jornadas de incertidumbre meteorológica. La lluvia caída en la tarde-noche del Domingo de Ramos obligó a la Hermandad del Transporte a refugiarse en la Santa Iglesia Catedral después de que las hermandades de la Borriquita y del Perdón optaran por regresar a sus respectivos templos, recibiendo ambas un fuerte aguacero. Antes de que eso ocurriera, y con los partes que manejaba la Hermandad de la Coronación, los cofrades de La Albarizuela optaron por abandonar la Carrera Ofical a la altura de la Rotonda de los Casinos y recortar por las calles Honda y Arcos antes de recogerse en la Capilla de los Desamparados. Por otro lado, la Hermandad de las Angustias se refugió, en un primer momento, en el Convento de Santo Domingo para, posteriormente, regresar anticipadamente a la Capilla del Humilladero por Honda, Medina, Higueras y Plaza de las Angustias. Con la lluvia como protagonista, se rompía el Domingo de Ramos.
El Lunes Santo, a pesar de ser la jornada que más preocupaba a los cofrades por los partes meteorológicos que se fueron manejando los días previos, pudimos disfrutar de las cinco cofradías en la calle.
"La Paz de Fátima", "Candelaria", "Sagrada Cena", "Amor y Sacrificio" y "Cristo de la Viga" dieron contenido a un Lunes Santo bastante consolidado dentro de nuestra Semana Santa y en el que aparentemente -estaremos atentos al "conteo" de Dani Carretero- se incrementaron, en general, los cortejos nazarenos.
La decisión de no realizar la Estación de Penitencia a la S. I. Catedral que, en la jornada del Martes Santo, tomó la Hermandad de la Defensión instauró el miedo en el resto de las cofradías de la jornada. Un temor a la lluvia que fue acrecentándose a medida que pasaban los minutos, ya que incluso la Hermandad del Amor decidió recortar su itinerario y no pasar por la Carrera Oficial. En la calle se vivieron momentos de incertidumbre, ya que las redes sociales empezaban a contarnos que la Hermandad de la Clemencia e incluso la de "Los Judíos de San Mateo" se volvían a sus respectivas sedes canónicas. Al final, nada de nada. No llovió en Jerez. Solamente un leve "chispeo" de apenas cinco minutos en algunas zonas de la ciudad. Y claro, en la calle, surgieron dos preguntas: ¿Fue acertada la decisión de la Hermandad de la Defensión? ¿Y la tomada por los cofrades de la Hermandad del Amor?
Finalmente, el Martes Santo nos dejó momentos muy cofradieros en los itinerarios de las hermandades de "Humildad y Paciencia", "Clemencia", "Amor" y "Judíos de San Mateo".
Seis cofradías con una amalgama de estilos hicieron que los cofrades de nuestra ciudad y los que vinieron desde otros puntos de nuestra geografía disfrutaran del Miércoles Santo, jornada grande dentro de nuestra Semana Santa.
"Soberano Poder", "Consuelo del Pelirón", "Santa Marta", "Tres Caídas", "Amargura" y "Prendimiento" salpicaron de detalles -cada cofradía con su impronta- los rincones, céntricos y de extrarradio, por los que discurrieron. Una jornada muy asentada, en la que las seis hermandades pusieron, como cada año, su granito de arena para seguir engrandeciéndola.
De la jornada del Jueves Santo podemos destacar los estrenos patrimoniales que la Hermandad de la Vera Cruz presentó en la calle -varales y ciriales en el paso de palio y el restaurado estandarte del Siglo XVIII- así como la unificación de la túnica nazarena, desapareciendo la verdinegra del cortejo del paso de palio. Además, pudimos comprobar como el número de nazarenos de la cofradía de San Juan de los Caballeros sigue incrementándose, sobre todo de escolares marianistas. También causó notable impresión el paso de misterio de la Hermandad de la Redención que, aunque todavía en proceso de dorado, ha conseguido gustar entre los cofrades de nuestra ciudad. A ello, hay que unir el buen gusto impuesto en los últimos años en la Hermandad de la Lanzada y el aire romántico de la Hermandad del Mayor Dolor, sin olvidarnos de los cofrades de la Oración en el Huerto, cofradía con la que pudimos disfrutar a su paso por la calle Caracuel, novedad en el itinerario de este año 2016.
Y llegó la "Noche de Jesús", con algo de frío pero con más público en la calle que en ediciones anteriores. Lo que no cambia con el paso de los años es la acumulación de suciedad en la mayoría de las calles por las que tienen pasan los cofrades de las cinco hermandades que realizan la Estación de Penitencia a la S. I. Catedral. Una "Madrugá" que, afortunadamente, dejó un reguero de saetas por diferentes rincones de la ciudad y que las hermandades del "Santo Crucifijo", "Cinco Llagas", "Nazareno", "Buena Muerte" y "Yedra" llenaron de contenido penitencial. La "Madrugá" sigue siendo una de las noches más especiales y esperadas del año.
Casi sin tiempo para descansar, la Hermandad de las Viñas abría los desfiles procesionales del Viernes Santo a las cuatro de la tarde, cerrándolos la Hermandad del Santo Entierro pasados siete minutos de las cuatro de la madrugada del Sábado Santo. En esas doce horas y algunos minutos pudimos disfrutar de estampas que, a buen seguro, permanecerán durante mucho tiempo en la memoria cofradiera de los jerezanos. En San Francisco, disfrutamos con la "histórica" salida procesional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración que, como de todos es conocido, no pudo hacerlo desde su sede canónica al encontrarse ésta en proceso de restauración. También, la Hermandad de la Exaltacion -cofradía en contante evolución- nos dejó momentos maravillosos a su paso, pasadas las 22'00 horas, por la calle Tornería. Otra estampa mágica que ofreció el Viernes Santo fue la recogida de la Hermandad de Loreto por una calle Bizcocheros en penumbra -solo iluminada por los cirios de los nazarenos y por los candelabros de guardabrisas del paso- y que con el acompañamiento musical del Coro de Capilla San Pedro Nolasco lograron crear un clima de auténtico recogimiento.
Y delicioso, auténticamente delicioso, el paso de la Hermandad de la Soledad por la Porvera. Desde la majestuosidad del paso de misterio a la dulzura del caminar del paso de palio, acompañado del cuidadísimo repertorio que ayer ofreció la portuense Banda de Música del Maestro Dueñas. Y como colofón, a pesar de la hora y de otras circunstancias, la Piedad, el último palio de nuestra Semana Santa, que estuvo acompañado magistralmente por la Unión Musical Astigitana.
Sin embargo, oficiosamente, fue el palio de Madre de Dios de la Misericordia el que cerró la Semana Santa, ya que la Hermandad del Transporte efectuó, en la tarde-noche del Domingo de Resurrección, el traslado de sus pasos a la Basílica de Nuestra Señora de la Merced Coronada después de haberse refugiado el Domingo de Ramos en la S. I. Catedral. En la mañana del Domingo de Gloria, la Hermandad de la Resurrección efectuó su salida procesional con media hora de retraso debido a las inclemencias meteorológicas y con muy poco público en la calle. Una procesión que debería, a nuestro entender, buscar otro horario y otras maneras para conseguir atraer a los cofrades de nuestra ciudad.
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