Y ni lo entiendo ni lo comparto porque, por un lado, se critica ferozmente la designación realizada por el Consejo, y por el mismo lado, se intenta ensalzar al Pregonero de nuestra Semana Santa, considerándolo uno de los grandes. O sea, para que nos entendamos, no están de acuerdo con la designación de Antonio Moure pero si reconocen que la valía y la capacidad del Pregonero auguran un "pregonazo" para el próximo Domingo de Pasión. Y todo, al parecer, porque en nuestra ciudad existe una lista de "pregonables" que desean pisar ya, no sin méritos en algún caso muy puntual, las tablas del Teatro Villamarta.
Sin embargo, sorprendentemente, muchos de los que ahora critican esta designación pedían hace sólo unos meses, tras el éxito cosechado por Antonio Moure en el Pregón del 425 aniversario de la Hermandad del Cristo de la Expiración, la recompensa del Pregón de la Semana Santa tras su "obligado" paso en el año 1998 por el Templo Parroquial de San Miguel a instancias del que fuera Obispo de Jerez, D. Rafael Bellido Caro. Incongruente, ¿verdad?.
La elección de Antonio Moure, diecisiete años después, vuelve a impregnarse de polémica. Y es que, como dijo el Pregonero en su presentación, este pasado lunes, "el mundo de las cofradías sigue siendo el mismo a pesar del paso de los años".
Me queda una duda por resolver...
¿Y si el designado no hubiera sido Moure?.