M. C. S. Las joyas de carácter documental se dan la mano ya con las piezas de las artes litúrgicas y plásticas que se muestran en la Exposición Permanente Catedralicia desde su apertura hace casi de un año. Una vitrina que ocupa el centro de la Sala Capitular pone al alcance del visitante, desde hace solo unos días los manuscritos, que, en el siglo XVIII, escribieron Bartolomé Gutiérrez y Francisco Mesa Xinete sobre la historia de Jerez.
Se trata de varios volúmenes de gran interés que aparecen a la vista de cuantos acuden a la Santa Iglesia Catedral para contemplarlos, entre otras tantas piezas de gran valor, como las que constituyen el tesoro (obras de Jácome Baccaro, José de Arce o Pedro Roldán) o la pinacoteca (con obras de Zurbarán, Murillo, Bocanegra, El Tahonero, Juan de Roelas o Francisco Pacheco) así como los propios continentes arquitectónicos que los acogen: tanto las salas nobles como el propio templo, la antigua Colegiata de los siglos XVIII y XIX.
Tanto Gutiérrez como Mesa Xinete son esenciales en la historiografía local. El segundo, por ejemplo, legó la “demostración histórica de haber sido la ciudad de Jerez y su término la de Turdeto, Tarteso, Xera, Carteia, Asta Regia, Asido Caesariana, Astidona, Asidonia, Jerez Saduña y Jerez Sidonia, capital del antiguo obispado asidonense, no unido al de la metropolitana de Sevilla ni trasladado a la ciudad de Cádiz” o el 'Compendio histórico sagrado de la Muy Noble y Muy Leal ciudad conocida hoy por Jerez de la Frontera'.
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