El Ayuntamiento de Sevilla ofrecerá al Arzobispado usar templos para congresos

La Pasión en Sevilla. El plan estratégico que el nuevo gobierno municipal del PP impulsará en el ámbito turístico ya ha comenzado a perfilarse. Y entre sus prioridades está la intención de usar todos los bienes patrimoniales posibles de la ciudad para acoger congresos. El proyecto, que todavía está en fase embrionaria, pues apenas se han producido las primeras conversaciones, se basa en el diseño de un protocolo similar al que rige el uso de los Reales Alcázares para poder aplicar este modelo a otros monumentos. En este sentido, uno de los primeros planteamientos será iniciar contactos con el Arzobispado para llegar a un acuerdo que permita poner en uso el patrimonio de la Iglesia para poder llevar a cabo eventos y seminarios muy concretos.

Las fuentes consultadas, tanto en uno como en otro lado, se muestran predispuestas a negociar las condiciones. Pero los objetivos ya están fijados: por un lado se divulgará el patrimonio religioso de Sevilla y por el otro el Arzobispado obtendrá ingresos por esta actividad para poder hacer frente al mantenimiento de sus inmuebles. La idea es que para determinados congresos sea posible usar la Catedral, el Salvador o los conventos, entre otros espacios, con las tarifas que fije el protocolo que se firmaría entre el Ayuntamiento y el Arzobispado.

Pero no es la única institución a la que el Consorcio de Turismo quiere implicar en este plan. Según ha podido saber ABC, ya se han iniciado negociaciones con el Museo de Bellas Artes para que también pueda acoger a los congresistas para determinadas actividades. Y lo mismo ocurrirá con los demás espacios museísticos tanto de la Junta como del Estado: el Arqueológico, el museo de Artes y Costumbres Populares... La intención es que la oferta de congresos que se hace desde el Convention Bureau pueda valerse del mayor patrimonio monumental de Sevilla para competir con otras ciudades. En este sentido, los bienes que pertenecen a la ciudad no tendrían problema para incluirse en este protocolo. Las mismas fuentes añaden que en los últimos años se han perdido varios congresos porque el Ayuntamiento no dio el visto bueno para que se celebrasen en la Plaza de España, espacio muy demandado en este mercado. Y el nuevo gobierno quiere acabar con eso poniendo a disposición del turismo toda la oferta patrimonial de Sevilla: desde pabellones de la Expo'92 como el de la Navegación o el del Futuro hasta la Casa de Pilatos o los jardines de la Buhaira, por poner sólo unos ejemplos.

Toda esta oferta será complementaria a la de Fibes, que comenzará a recibir congresos en 2012, como aseguró el concejal del ramo, Gregorio Serrano, la pasada semana. Y es que la obsesión del alcalde, Juan Ignacio Zoido, con reactivar el turismo de congresos en Sevilla parte de la idea de que hay que aprovechar todo aquello que diferencia a esta ciudad de las demás para atraer el máximo número de eventos. Además de un Palacio de Exposiciones y Congresos con capacidad para tres mil personas, Turismo quiere enriquecer su propuesta con la posibilidad de que los organizadores de los congresos puedan disponer de otros espacios genuinos.

Hasta ahora, el único monumento al que se le ha sacado provecho en este sentido ha sido el Alcázar, cuyas normas de uso y tarifas han facilidato la explotación de este bien generando unos ingresos que le han permitido autogestionarse. Y ese será el principal argumento que se pondrá sobre la mesa en la negociación con el Arzobispado. De momento el proyecto está en ciernes, pero es uno de los objetivos fundamentales del mandato en lo que a Turismo se refiere. Que el patrimonio se proteja con sus propios recursos al tiempo que se pone en valor es la meta del Consorcio y del Convention Bureau, que pretenden situar a Sevilla entre las ciudades de referencia del turismo de congresos en el mundo usando como reclamo lo que no existe en ningún otro lugar. Palacios de exposiciones hay en muchas ciudades, pero la Plaza de España o la Catedral de Sevilla sólo están aquí.