Detalles de la Semana Santa 2015
La Semana Santa 2015, la niña bonita, esa primavera bella que nunca va sola y que se nos antoja efímera, como queriendo escapar para quedar rápidamente atrapada en nuestra retina. La Semana Santa de este año será recordada por muchos con el paso del tiempo… una Semana Santa donde todas las hermandades hicieron su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral después de muchos años anhelándolo. Jerez volvió a soñar. Jerez volvió a volar y a vestirse de gala, como cada primavera. La ciudad acelera su pulso con cada nueva Pasión. Se vuelve mágica, pinceladas de un color especial, aromas que van recorriendo sus calles, balcones y espadañas. La música lo envuelve todo, y también sus silencios…
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El cante de las gargantas en clave de saeta, el olor se impregna es nuestras chaquetas y sirve todo esto de recuerdo a la nostalgia de esas Semanas Santas que ya pasaron, pero que vuelven nuevamente a nuestros corazones, a los recuerdos de los que sentimos y amamos todo lo que rodea a nuestra Semana Mayor.
Aquí os muestro todo lo que he ido observando y que ella me ha ido regalando a medida que pasaban los días en su calendario, caprichoso y veloz. La Semana Santa, a veces tan coqueta revoloteando a mi alrededor y en ocasiones tan distante queriendo irse de mis manos…
Detalles y momentos enlazados a través de instantes, segundos, milésimas… La composición que conforma todo un cúmulo de sensaciones fugaces donde la luz siempre esta presente, esa luz de nuestra fe. Es su intimidad lo que siento palpitar tras el visor, conectar de esa forma con ella y también terminar emocionado en algunos de sus momentos. Es lo que me lleva a fotografiarla. Es la Semana Santa que veo y siento. Primero como hijo de Dios y posteriormente como fotógrafo.
Todo pasó. Aunque sabemos que muy pronto volverá, nos queda ese fugaz recuerdo y ese cuentagotas en forma de imágenes que hoy os traigo, a través de algunos detalles que guardan sentimientos y momentos irrepetibles. Solo espero que hagan calmar nuestra melancolía y nostalgia, y alimente nuestros más profundos recuerdos hacia un próximo reencuentro con ella.
Así la he vivido y de esta forma os la quiero mostrar. No hay que entenderla. Solo hay que sentirla y dejarse cautivar, una vez más, por su inmensa belleza.
