Redacción. Sevilla. Lo prometido fue deuda saldada con la Macarena y con él mismo. Porque Joaquín Caro Romero dio el pregón que anunció: el de amor a la Virgen. Brillante texto que llegó al corazón de los macarenos y los sevillanos que llenaron este lunes el Lope de Vega para escuchar lo que el poeta le tenía que decir a la Virgen de su vida, con esta maravillosa «excusa», argumento inapelable de los L años de la coronación canónica.
Con ese hilo, que tejió y destejió con palabras de poeta, Caro Romero no sólo recorrió la historia de la Hermandad, la efemérides que se conmemora o, los lugares, los templos, las calles, los hombres y mujeres que la han hecho, sino que hizo un «monumento de amor a la Virgen» para que se «reconocieran» en él los macarenos.
Testigo vivo de aquel acontecimiento de la coronación, que «tan macareno nací que la casa de mi madre tenía la puerta en San Gil», no anduvo en florituras sin fondo, prosa y poesía magras, hondas y hasta ambiguas para su canto de amor. Pero tampoco tuvo miedo a sumergirse a otros tiempos, a la «sangrante década en la que a punto estuvimos de quedarnos sin madre», que hiló en la décima «Glosa del fuego», para derramarse luego, rotundo, en la afirmación «que ni el fuego por San Gil quemó tanto como Ella».
Sí, fue una «prueba de amor de la memoria» la que lanzó desde el atril Caro Romero hablando de «esa novia», pero también un racimo de reinvidicaciones, tan bellas como decir que «en la Macarena Dios es más madre que padre»; plagadas de toques de atención, también, al hablar de «resquemores» entre los hermanos; a las «injerencias intolerables, vengan de donde vengan; de defensa de las actuaciones de la Hermandad para los actos que ahora se celebran: «La Macarena siempre da más de lo que recibe», recordando además la donación de la corona popular el 18 de octubre de 1936, párrafo que terminó dando vivas a la Macarena y a España.
Dijo que el poeta: «llevo tan dentro a la Macarena que está donde yo estoy». Y miraba hacia la gran fotografía de un lateral del escenario, donde la «Niña de mi corazón», a la que le manda cartas de amor platónico, sabía que lo que hay entre Ella y «no acaba el Viernes Santo». Y la lleva más dentro aún desde hace 50 años, cuando conoció a su esposa, madrina de la coronación, porque «la Virgen Macarena como celestina obró/ para que Madre Angelita me regalara tu amor». Preciosos versos a su mujer, a la Madre General Marciala de la Cruz, que murió poco antes de la coronación, al Parque y la Plaza de España, donde estará esa Virgen por la que está «tan loco que la besa en los espejos» de su camarín. Soleás, prosas y versos y última chicotá del poeta para hablar de las manos de la Virgen, las que quiere que, en el último momento de su vida, tomen las suyas.
Fuente: La Pasión en Sevilla.
martes, 20 de mayo de 2014
El pregón del poeta enamorado de la Macarena
martes, mayo 20, 2014