Beltrán Castell. La Virgen de los Dolores de Villaluenga ya luce sus galas de Pascua, tras haber celebrado solemnemente la Semana Santa, con la particularidad de procesionar el Viernes Santo tres veces.
En esta ocasión, la Virgen luce un manto gris plomo de terciopelo, una saya de seda salvaje bordada con ramas de oro y lentejuelas, y un tocado de organdil de plata, traído desde El Cairo.
Como es habitual, en su cintura porta una pandereta de plata de ley de la Virgen del Rocío y una cruz traída desde Roma, bendecida por el Papa emérito Benedicto XVI, así como la corona que su pueblo le ofrendó el pasado mes de noviembre.
Recordar que esta imagen, obra anónima del siglo XVII, es la antigua titular de la Coronación de Espinas de Jerez, que la veneraba bajo la advocación de la Mayor Aflicción.
Desde hace cinco años, el hermano de la citada hermandad Óscar Torres se encarga de vestirla, realizando una encomiable labor de puesta en valor material y devocional, manteniendo viva la rica historia de esta bella y valiosa imagen jerezana, que ahora goza del profundo cariño del pueblo de Villaluenga del Rosario.