Jerez lleva a las plantas de la Virgen de la Merced sus dificultades y esperanzas

M. C. S. Monseñor José Mazuelos, obispo de Jerez, ofició en el mediodía de ayer la solemne pontifical con la que se conmemoró la fiesta de Ntra. Sra. de la Merced Coronada, Patrona de la ciudad. La celebración de la Eucaristía, tras el tradicional novenario desarrollado estos días y en el marco de una mañana con otras misas, contó en la concelebración con el deán del Cabildo Catedral, Antonio López, el superior provincial de la orden mercedaria, José Ignacio Postigo, y otros sacerdotes diocesanos.

Con las calles del centro de Jerez esperando la procesión vespertina en tres horas de expresión popular mariana, el pastor presidió una celebración matutina caracterizada, como es tradicional, por la renovación del Voto de la Ciudad ante la Patrona que, tras la lectura del Evangelio, llevó al altar de la basílica de Nuestra Señora de la Merced a la alcaldesa, María José García-Pelayo, quien realizó un bello canto que reconoció los malos momentos que vive Jerez y los puso a las plantas de la Virgen.

Posteriormente, el obispo referió, en la homilía, la necesidad, al hilo de las lecturas que acababan de ser proclamadas, de acoger a María Santísima “en nuestra casa, en nuestro corazón” para así afrontar la realidad de una vida humanizada a través de nuestra fe y comprometida con nuestros semejantes. El templo basilical abarrotado de fieles fue testigo, hasta el momento del inicio de la procesión, de la piedad de los jerezanos que, por la tarde, se hicieron a las calles para disfrutar de la presencia de la Patrona.