Óscar Torres. Sevilla. "...Dejad que se acerquen a mi...", parecía decir el Señor de las Tres Caídas de Triana en la noche del pasado sábado cuando, en su salida extraordinaria, escribió una nueva página de la historia de Sevilla.
Una noche muy fría, pero con una luna que desde la Cava iluminaba, al compás de los cirios de los Hermanos, a un pueblo, cristiano para más señas, que se rindió a la elegancia de este Rey, Salvador del mundo.
Un Pontifical espléndido en su organización, con un traslado desde Santa Ana hasta Pagés del Corro, resplandeciendo el sol entre candelabros con candelas moradas encendidas que prestaban su color a los lirios en una conjunción perfecta de bordados recuperados y restaurados, coloreando el tiempo una postal sepia, que ni los más antiguos del barrio recordaban.
Un diez para la Hermandad, y para el Señor... aunque a Él no se le puede poner nota.
Gracias Triana.
lunes, 17 de noviembre de 2008
Triana se rindió a su Señor
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