M. C. S. Los hermanos mayores y otros cofrades dirigentes de las corporaciones sacramental, de penitencia y gloria pertenecientes a la feligresía de la parroquia jerezana de Santiago del Real y del Refugio, han sido recibidos por monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, en una reunión cuyo objetivo primordial es el de hacer de ellas músculo que impulse la plataforma ciudadana que contribuya a la búsqueda de medios materiales con los que sacar el templo de la situación de ruina que lo mantiene cerrado al culto.
El pastor ha nombrado, además, nuevo párroco en la persona del sacerdote Diego Moreno Barba, actual ecónomo diocesano. Jerezano de nacimiento de 54 años de edad, este presbítero, que acaba de cumplir catorce años de su ordenación sacerdotal, sucederá al recordado Pedro de la Herrán, recientemente fallecido. A su cargo queda la dirección pastoral de esta feligresía que mantiene sus celebraciones parroquiales en la iglesia de La Victoria y sus archivos en una casa del barrio de Santiago, en la calle Muro. Ni que decir tiene que la reapertura de la iglesia parroquial es una prioridad.
Ocho años después de haber tenido que ser cerrado el templo, e incumplido el compromiso de la Junta de Andalucía de completar las obras de consolidación paralizadas hace ya cuatro años, el Obispado ha ocupado la iglesia hace solo unos días y tras ser declarada caduca por parte del Ayuntamiento de Jerez la licencia de obras. Asume la Iglesia, por tanto, la misión de buscar el millón de euros que ha quedado por invertir desde el Gobierno autonómico y para ello comienza a movilizar al tejido social de una zona en la que tanto predicamento tienen las hermandades y cofradías.
La feligresía cuenta con la Sacramental de Santiago, la de gloria de Madre de Dios del Rosario de Capataces y Costaleros y las de penitencia de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestra Madre y Señora de la Soledad, Nuestro Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes y del Santísimo Cristo del Amor. Todos ellas se han comprometido ya con el pastor diocesano y, a partir de este momento, se constituyen en agentes del trabajo necesario para generar los fondos necesarios.