José Vegazo (La Voz). Con el viacrucis de la Unión de Hermandades comienza de manera patente la cuaresma, tras las primeras experiencias penitenciales que han tenido lugar en nuestras iglesias gracias a los besamanos y besapiés que han ido desarrollando las corporaciones locales. Lejos quedan aquellos tiempos en los que este ejercicio eminentemente penitencial se convertía en un traslado ruidoso y a veces hasta irrespetuoso, motivado por la lectura de las estaciones a golpe de megáfono y por las circunstancias ajenas a la organización. El actual Consejo de Cofradías ha dado su lógico sello a un acto que ya está perfectamente desarrollado y estructurado, y que gracias a estos años de perseverancia se ha convertido en una referencia obligada para convertirse y creer en el evangelio, frase que escuchamos repetitivamente cada miércoles de ceniza y objetivo principal de cualquier cofrade para prepararse espiritualmente ante la inminente llegada de la Semana Mayor el próximo abril.
El Señor Cautivo, y con él la hermandad del Cristo del Amor, sabía a ciencia cierta que las anteriores ediciones de este acto cultural habían elevado las expectativas de los cofrades, que acuden ahora dispuestos a comprobar la evolución de un buen traslado hasta la Santa Iglesia Catedral y de unas meditaciones intensas en el interior de la seo jerezana.
El desarrollo del acto
El Señor Cautivo salió de su sede canónica a las seis y media de la tarde, y recorrió la calle Francos hasta la plaza Plateros para vivir en la parte peatonal de la calle los momentos más intensos de un traslado de ida que duró casi dos horas. Una vez en el interior de la Catedral, el deán Antonio López tuvo a su cargo la primera de las meditaciones, mientras que el obispo diocesano fue quien clausuró el acto con la última estación del ejercicio piadoso. Antes, miembros de la Unión de Hermandades o personas designadas por ellos, y de igual manera realizado por la hermandad del Martes Santo, pusieron voz a las meditaciones de las estaciones del viacrucis.
El Cautivo partió después para volver a su casa por la Carpintería Alta, donde las Madres Agustinas que rezaban en el cortejo se despidieron poniendo el broche de oro al viacrucis de las hermandades.
martes, 28 de febrero de 2012
El viacrucis descubre al Cautivo
martes, febrero 28, 2012