El Rocío también se vivió en California

Redacción. El pasado domingo 23 de mayo, a unas escasas horas de la media noche, mientras que en la Aldea del Rocío se acercaba la hora en que los almonteños se preparaban a saltar la reja y sacar a la Blanca Paloma por sus calles, en tierras californianas apenas acababa de salir el sol dominical.

En las colinas de Hollywood, la Hermandad de las Américas de Nuestra Señora del Rocío, junto con la Peña Andaluza en California, la Casa de España de Los Ángeles y miembros de la parroquia de San Víctor, se vestían de gala para recibir a la Blanca Paloma en la sede la Iglesia de San Víctor.

Cantando por sevillanas con tambor rociero, guitarra, cañas rocieras, y con mucho colorido andaluz, entro la Virgen del Rocío de las Américas a eso de las 10'45 horas de la mañana (hora del pacifico) cargada por las representantes de la parroquia y acompañada de romeros que se congregaban de todas partes de California, desde la Bahía de San Francisco al norte hasta San Diego al sur.

Después de una muy linda misa con sabor tradicional y rociero, la Virgen y la comunidad salieron en procesión al salón cultural de la parroquia, donde se celebró una recepción en honor a la Hermanas Siervas de María. La recepción estuvo encabezada por la actuación del "Instituto Flamenco Claudia de la Cruz", y la comida a cargo de la escuela culinaria "Le Cordón Bleu".
Durante la recepción se les brindo honores a los rocieros del año, la Sra. Charo Mongue Romero, y Sr. Ángel M. Suárez. La Sra. Mongue Romero, natural de Sevilla, rociera extraordinaria y presidenta de la Peña Andaluza en California, es responsable de haber comenzado la tradición rociera hace más de 15 años. Por su parte, el Sr. Suárez Alcedo, natural de Lima y gran devoto a la Virgen del Rocío, donó los fondos para la elaboración de la Medalla Oficial de la Hermandad de las Américas de Ntra. Sra. del Rocío. La Hermandad honró a estos dos rocieros por sus contribuciones a propagar la devoción de la Virgen rociera por el territorio americano.

A dicha recepción, que fue todo un éxito, acudieron miembros de varias nacionalidades (españoles, argentinos, peruanos, chilenos, cubanos, tailandeses, chinos, filipinos, irlandeses, ingleses, húngaros, estadounidenses, nicaragüenses, salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, panameños, italianos, portugueses, polacos, entro otros), haciendo de la celebración a la Virgen del Rocío una realidad de las palabras de Su Santidad Juan Pablo II:

"Que todo el mundo sea rociero".