El Domingo de la Rosa lo tendrá todo

Javier Jiménez López de Eguileta. El Domingo de la Rosa en Jerez lo tendrá todo este año. Santo Domingo se habrá perfumado de tan delicada flor y, al abrir sus puertas, sus tallos esperarán en lugar de preeminencia a ser bendecidos al terminar la Solemne Función, que será presidida por el Señor Obispo y que contará con la armonización litúrgica del Orfeón San Juan Grande y La Merced, dirigido por D. Alberto Delgado. En su paso y templete de plata aguardará la Virgen del Rosario, enjoyada, como reza el salmo, con oro de Ofir. En la mesa de hermandad se situará aquel característico libro de reglas que en 1735 iniciasen las manos de los montañeses que, en esa misma fecha, se hicieron los regidores del destino de una de las corporaciones más antiguas de todo el ámbito cofrade jerezano. A su lado, el gran estandarte granate de orfebrería de 1818, restaurado primorosamente para la ocasión, lucirá como nunca la pintura de la Virgen entregando al Santo de Caleruega el signo material de tan preciada devoción.

Al término de la Función, en la cual se habrá podido escuchar la Misa Te Deum laudamus de Lorenzo Perossi, se procederá a la tradicional Procesión de las Rosas, en la que los cirios e insignias habrán sido reemplazados esta vez por un haz de las flores que dan nombre a este domingo. Delante del paso, por especial y antiquísimo privilegio, hoy en desuso, aparecerá el lábaro de respeto que, caminando hacia detrás, portarán los distinguidos cofrades que ese día acompañen.

Y, finalmente, el acompañamiento musical que, bajo la batuta de D. Francisco Orellana, ofrecerá la Banda Municipal de nuestra ciudad; ésa que siempre acompañó a la Santísima Virgen del Rosario en sus salidas de mayo y octubre, desde tiempos decimonónicos. Ahí quedan en la sala de la Archicofradía las fotografías de los directores Beigbeder, Davia y Villatoro, tras el manto de la Batalla de Lepanto, dirigiendo a los músicos que cada año enviaba el Excelentísimo Ayuntamiento con ocasión de días tan señalados para los montañeses. Y es que muchos de ellos –Marcano y Vallejo fueron los últimos– ocuparon diversas concejalías en el Consistorio jerezano a lo largo de toda su existencia en la ciudad. Por eso, la relación de la Archicofradía de los montañeses con el Cabildo municipal ha sido siempre muy estrecha, hasta el punto de que hoy todavía quedan montañeses, y descendientes de éstos, en las sillas del gobierno y administración diarios del mismo. Así pues, en una conmemoración histórica como es la que se celebrará el domingo no podía ser otra sino la Municipal, la banda que acompañase para celebrar la efeméride. De esta forma, cuando en la extraordinaria de la Virgen del Rosario observemos su desfile en integridad, habremos hecho vivas aquellas fotografías de pretéritos montañeses alabando a la que es Reina de Santo Domingo y Madre del Santo Rosario. Habremos recuperado, pues, la primera Fiesta de la Rosa de hace 150 años.