Redacción. No se arrepintió el público que este pasado lunes día 8 decidió desafiar la fuerte lluvia que entonces estaba cayendo sobre la ciudad. La ocasión mereció finalmente la pena a tenor de la entrañable, tierna, transparente y muy directa charla que ofreció la consejera del Consejo General de Hermandades de Sevilla Maruja Vilches, una mujer dotada de una eficiente capacidad comunicativa que supo meterse a la audiencia en el bolsillo desde el minuto cero. Presidieron el acto el jefe de Comunicación del Grupo Romero Caballero Marco A. Velo y el miembro del Consejo Local de la Unión de Hermandades de Jerez Francisco Toro.
Maruja Vilches explicó, en un tono coloquial y cercano, el contenido y el continente del Proyecto Fraternitas (que actualmente desarrolla con brío el Consejo General de Hermandades de Sevilla con la directa cooperación de todas y cada una de las hermandades de la capital hispalense). No una obra de caridad al uso sino un compromiso activo y directo, permanente y creativo, que los cofrades de Sevilla vienen ejerciendo con muchísima altura de miras y con no poco rendimiento de resultados.
El Proyecto Fraternitas, según indicó Maruja Vilches, “es la acción social conjunta de las Hermandades de Sevilla coordinadas desde el Consejo a favor del Polígono Sur. Ya sabéis que el Polígono Sur es casi una ciudad segregada compuesta de barrios marginales poblada y repoblada por obreros en paro, etnias gitanas y familias cuyo principal exponente está encarcelado. Un lugar donde, por tanto, la delincuencia y la drogadicción están a la orden del día. Comprobamos además cómo impera la exclusión social y cómo, por ejemplo, poco importa la educación y la formación de los más jóvenes porque el hambre es la necesidad de primer orden”.
Hizo historia Maruja Vilches en torno a esta zona marginal de Sevilla. Explicó cómo a mediados de la década de los setenta se crearon Las tres mil viviendas y, a finales, las barriadas de Martínez Montañés y de Antonio Machado. “Y todo esto se convirtió en un chabolismo vertical, donde los huecos de ascensores se convirtieron en vertederos y donde –yo lo he visto- podías descubrir a un burro en la quinta planta de una de las viviendas”. “Y como ningún estamento ni político ni administrativo –remachó Maruja- tomaba conciencia de esta imperiosa necesidad de actuación aunque sí quiso intervenir el Consejo de Hermandades de Sevilla y, desde entonces, y con la ayuda de muchas hermandades, estamos haciendo una labor capital mayormente entre los niños, entre los más pequeños, pues hemos fomentado entre ellos el deporte a partir de la creación de un campo de fútbol –nos la vimos y nos la deseamos para encontrar los 48.000 euros que costaba la iniciativa-, una cuadrilla de costaleros y una banda –en toda regla- de cornetas y tambores. Para jugar y para la banda necesitan como premisa cuidar al máximo su formación y su rendimiento en la misma, de ahí que estemos en contacto con sus profesores para comprobar la aplicación de todos ellos. En Sevilla no hay nada que guste más que el fútbol y que la Semana Santa , de modo que la elección de estas actividades didácticas ha sido la adecuada. Además organizamos visitas –con almuerzo incluido- a las hermandades, a sus grupos jóvenes, para que la relación y la integración sea una realidad”.
miércoles, 10 de marzo de 2010
“Las hermandades han conseguido lo que no ha podido lograr ningún otro estamento”
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