Las cosas no cambian por la Catedral

Beltrán Castell. En la noche de ayer se celebró en la Santa Iglesia Catedral el primer día del Solemne Triduo que la Hermandad de la Amargura dedicará hasta el próximo viernes al Señor de la Sagrada Flagelación con motivo del 250 aniversario de la confección de su talla.
En dicho Triduo, que fue predicado por el Rvdo. Padre Fray Felipe Ortuno Marchante, Comendador de la Orden Mercedaria de nuestra ciudad, pudimos contemplar el altar que se le ha permitido instalar a la Hermandad de la Amargura para la celebración de estos cultos.
Y digo permitido, porque como ya ocurrió con la Virgen del Valle y como, casi con toda seguridad, ocurrirá con el Señor del Sagrado Descendimiento, la Imagen del Señor de la Flagelación ha tenido que ser ubicada en una esquina del altar mayor del primer templo jerezano, siendo complicado incluso su visualización desde algunas bancas de la Catedral.
Nunca entenderé porque no se permite que las imágenes que van a presidir actos de mucha relevancia, tales como coronaciones canónicas o pontificales, sean ubicadas en el altar mayor de la Catedral como Dios manda, y no en una esquina pasando casi desapercibidas.

La solución quizás esté en celebrar estos acontecimietnos en otros templos de la ciudad donde la acogida hacia las Hermandades sea más hospitalaria.