Un inolvidable Miércoles Santo

Francis Castell. Después de esperar dos años para volver a vivir en la calle el procesionar de las seis cofradías que engrosan la lista del Miércoles Santo, ayer pudimos disfrutar de una jornada inolvidable en todos los aspectos, tanto en los positivos como, desgraciadamente, en los negativos. Y en lo meteorológico, nuevamente, la jornada de ayer fue envidiable.
A las tres menos cuarto de la tarde comenzaba, en el barrio de La Granja, el discurrir penitencial de la Hermandad del Soberano Poder, con un cortejo que, año tras año, se ve aumentado en número de nazarenos. De esta forma se iniciaba un Miércoles Santo que nos llevaría, posteriormente, desde el populoso barrio de "Las Viñas" hasta el flamenco barrio de Santiago, pasando por San Mateo, San Lucas y la feligresía de la Parroquia de los Descalzos. Los peores momentos de la jornada se vivieron en la capilla del Asilo de San José, ya que el paso de misterio del Señor del Prendimiento sufrió, a la salida, la rotura de una de sus trabajaderas. Este percance hizo que la cofradía retrasara su salida una hora, aproximadamente. Tampoco, según me cuentan, se vivieron momentos agradables en la Hermandad del Consuelo, ya que la relación con el párroco de las Viñas, actual sede canónica de esta corporación nazarena, se hace cada vez más insostenible. No sería de extrañar que, la de ayer, haya sido la última salida procesional desde el templo parroquial de las Viñas. Salvando estos dos malos momentos, la jornada de ayer fue para enmarcarla, aunque si tuviera que elegir me quedaba con los siguientes "momentos": La hermandad del Soberano Poder en la calle Tornería; el "Consuelo" por San Pedro, Santa Marta por la collación de San Marcos, la salida de la Hermandad de las Tres Caídas, la "Amargura", como siempre, por la plaza de las Angustias y el "Prendimiento" en la plaza Rafael Rivero. Seis grandes momentos de un gran Miércoles Santo.