La majestuosa soledad del Señor de la Cena

Un Lunes Santo lleno de contrapuntos

Francis Castell. La Hermandad de la Cena se convirtió ayer en objetivo de cientos de cámaras fotográficas que quisieron inmortalizar una estampa única: el Señor de la Cena en solitario procesionando en el paso del Santo Crucifijo de la Salud. La ausencia del apostolado, en vez de suponer un handicap para los cofrades de San Marcos, demostró el buen momento que vive esta cofradía. Ayer, se aunaron muchos condicionantes para dejarnos un extraordinario sabor de boca. La salida de San Marcos, Rafael Rivero a la ida y a la vuelta, Tornería y los últimos instantes en el interior de San Marcos se convirtieron en referentes de una jornada que, también dejó momentos para la nostalgia cofradiera.
La Hermandad de la Candelaria, que abría de par en par el Lunes Santo en la feligresía de Santa Ana, arrastró a miles de vecinos por las calles de nuestra ciudad. Vecinos, tal vez, acostumbrados a estampas de otra época.
No en vano, ha pasado ya cincuenta años desde que María Santísima de la Candelaria saliera a la calle por primera vez. Gran evolución de la Hermandad del Barrio de La Plata en la calle.
Y de la Catedral, el romanticismo cofradiero en su máxima expresión. La Hermandad del Santísimo Cristo de la Viga tiene, a mi entender, un sabor especial en la calle. A su paso, el público justo y entendido. Solemnidad catredalicia. Estampas decimonónicas en la sociedad del aborto. Si a la Vida. Si a la Viga.
Y por Madre de Dios, la oración. Amor y Sacrificio, nuevamente, fue saeta de sentimientos en las cercanías de una Plazuela que, cada vez más, acompaña a la Dolorosa de la corona de espinas en sus manos.
Penitencia ejemplar por las calles de Jerez al más puro estilo castellano. Así fue un Lunes Santo lleno de contrapuntos.