Apertura del Curso Pastoral y Presentación del libro de Don Rafael

Redacción. La Diócesis de Asidonia-Jerez abrió el curso pastoral 2008-2009 por medio de una celebración de la Eucaristía que, ayer tarde, ofició Monseñor D. Juan del Río Martín, Arzobispo electo Castrense y Administrador Apostólico de la diócesis asidonense, en la Santa Iglesia Catedral. El primer templo jerezano se llenó, para la ocasión, de fieles que expresaron la comunión del Pueblo de Dios en esta tierra desde su condición de sacerdotes, religiosos o laicos pertenecientes a los más diversos movimientos, comunidades o asociaciones eclesiales. Para todos tuvo el pastor el recuerdo de que "todo curso es un itinerario de fe, esperanza y caridad: de fe porque nos hace renovar nuestras convicciones más profundas de que Dios existe, de que Dios nos ha creado, de que Dios nos ha redimido y de que Dios nos ama; de esperanza porque anhelamos unos Cielos nuevos y una Tierra nueva, porque somos seres peregrinos; y de caridad porque es el ceñidor de toda tarea pastoral, podemos tener muchas organizaciones en la Iglesia pero si no reina la caridad no se notaría lo distintivo del Cristianismo".
Tras el acto religioso tuvo lugar, en la misma Catedral, otro de presentación del libro "Pensamientos. Monseñor Rafael Bellido Caro, primer obispo de Jerez", una obra que recopila un total de noventa y seis apuntes realizados por el recordado pastor a lo largo de su trayectoria de veinte años al frente de la Diócesis de Asidonia-Jerez. Intervinieron el secretario de la Asociación "Obispo Rafael Bellido Caro", D. José Castaño Rubiales; el coordinador de la publicación, D. Andrés Luis Cañadas Machado, y el Administrador Apostólico Diocesano, Monseñor D. Juan del Río Martín.
"La Divina Providencia, que lleva los hechos, la historia y los acontecimientos, ha querido que así como fue Don Rafael quien me dio el báculo del episcopado hace ocho años ahora que me preparo para la marcha a otro destino, sea también Don Rafael quien entregue sus pensamientos a esta Diócesis de la que fue su padre y pastor", señaló Del Río. Por su parte, Cañadas apuntó sobre estos pensamientos que "aparte de evidenciar su personalidad episcopal, descubre su profunda espiritualidad". Como ya lo calificó su sucesor "se trata del testamento espiritual de Don Rafael".