Francis Castell. La jornada de ayer fue, a todas luces, brillante y multitudinaria. Dos hermandades y tres agrupaciones parroquiales dieron sentido a un Sábado de Pasión que fue un extraordinario Vía Crucis que recorrió los cuatro puntos cardinales de nuestra ciudad en una amalgama de estilos cofradieros: del clasicismo de Humildad y Paciencia a la algarabía de barrio de la Paz de Fátima que estrenaba, entre otras cosas, el hábito nazareno.
Me impresionó ayer sobremanera la salida de la hermandad de Humildad y Paciencia. La calle Medina se asemejaba a cualquier Miércoles Santo. Fue un momento histórico. El público presente irrumpió con una cerrada ovación en el momento que la sencilla Cruz de Guía asomaba por el dintel de la Parroquia de los Descalzos. Y otra aclamación más tupida aun cuando salió el paso, exquisitas andas las de la Vera Cruz de Cádiz, por el cancel amargurista. Aromas de ranciedad en la Semana Santa de Jerez.
También me emocionó la hermandad de la Paz que, con un barrio volcado, demostró que ya tiene entidad para llegar a la Carrera Oficial, entre otras muchas cosas, porque posee un dignísimo cuerpo de nazarenos.
Y como complemento a este esplendoroso día, las salidas procesionales de las agrupaciones parroquiales de Pasión de Los Dolores y Salud de San Rafael, además del Vía Crucis que los cofrades de la Agrupación Parroquial del Señor de la Entrega celebraron en Guadalcacín. (Fotos: Beltrán Castell)
domingo, 16 de marzo de 2008
Brillante jornada de vísperas
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