Ser sacramental también es una obligación

Francisco Toro de la Barrera. Ser sacramental es una obligación y la mas importante, porque tener al Señor Sacramentado como primer titular obliga, pero no obliga a tener una procesión por las calles; es algo más; es fomentar la devoción de algo que es el misterio de nuestra fe.

¿Procesiones Eucarísticas? ¿Para qué? ¿Sirven para algo?

Ser sacramental obliga a participar de la Eucaristía cada domingo, obliga a fomentar el culto a Jesús Sacramentado, obliga a que el sagrario no esté solo. A eso obliga el ser sacramental. Estoy de acuerdo en que tenemos que trabajar por ese objetivo, y creo que este Consejo lo ha intentado y lo va a seguir intentando en este año y medio que le queda de legislatura.

Pero hay algo contra lo que es imposible luchar y esa es la formación de cada uno de nosotros. Si tenemos claro que en la Eucaristía conmemoramos la Muerte y Resurrección de Cristo y que realmente está presente en la Sagrada Forma, entonces todo tendrá sentido pero... ¿porqué hay tan poca respuesta cuando la Eucaristía esta por medio? ¿Falta de formación? ¿Falta de Fe?

Hay ejemplos claros como la respuesta de fieles en el Encuentro Eucarístico Diocesano o incluso las procesiones eucarísticas que se celebran en nuestra ciudad, como el Corpus, la Minerva o la Procesión Eucarística de Santa Ana. No entiendo cómo ponemos a tanta gente en la calle en Semana Santa - qué de costaleros, qué de nazarenos - y qué poca respuesta cuando es Cristo el que sale a nuestras calles.

Cada vez cuesta más el ver arrodillarse a los fieles al paso de Su Divina Majestad. Hemos cambiado mucho en pocos años. Jerez no es ciudad eucarística porque no es fiesta grande en nuestra ciudad y eso es algo evidente en el ambiente y en todo lo que rodea a la Fiesta del Corpus Christi. Cuando las hermandades sacramentales apliquen ese artículo de sus reglas, al menos de la mía, que dice que los cultos eucarísticos están por encima de los de penitencia, entonces la cosa irá mejor.

Donde no se vive esa fe en su verdadera realidad, la eucaristía pierde el sentido que debe tener y entonces se deja de asistir a la Eucaristía de una manera muy fácil. Llegamos a la Santa Misa, pues inmediatamente comienza sin ninguna preparación, o acabamos la misa y enseguida salimos sin que haya ese momento de sosiego de silencio de interiorización profunda de lo que allí ha acontecido y hemos vivido.

La Iglesia y las asociaciones que pertenecen a ellas tendrán vida si tienen en el centro a la Eucaristía. Si pierde el verdadero y pleno sentido todos los aspectos de la eucaristía, esa comunidad ira languideciendo y no ofrecerá nada de lo que realmente el mundo necesita.

Por último, animar a las hermandades que no son sacramentales pero que rinden culto a S. D. M. (ellos saben a quienes me refiero), a que sigan perseverando y a quién proceda, que den cuenta de esto a la Autoridad Eclesiástica y le concedan el título mas preciado que una Hermandad pueda tener, como es ser Sacramental, pero no para sacar los codales y la cera roja, sino para rendir culto a Cristo vivo en el Santísimo Sacramento del Altar.